El caso de la youtuber Marina Joyce
La preocupación que ha suscitado la youtuber británica Marina Joyce entre sus seguidores es tal que, a principios de semana, la policía de Enfield ha visitado en su casa para comprobar que se encontraba bien. Entre los temores de sus fans que se han disparado en los últimos días, se encontraba la posibilidad de que su novio estuviera abusando de ella o que la joven estrella de internet tuviera un problema de adicción a las drogas. Los hematomas en su cuerpo que muestra en algunos de sus recientes vídeos y su actitud errática dispararon las alarmas.
La etiqueta #savemarinajoyce ha sido tendencia de Twitter en varios países durante los últimos días, aunque mucha gente nunca hubiera escuchado hablar de Joyce hasta esta misma semana. Estos son algunos datos para ayudarnos a entender su personalidad y la polémica en la que se ha visto envuelta en los últimos días.
1. Sus inicios
Marina Joyce tiene 19 años. Nació en el norte de Londres en 1997 y tiene un hermano mayor. A los 16 años inició su videoblog centrado en la moda y en los tutoriales de maquillaje. Su cuenta de YouTube tiene 1,6 millones de seguidores. Debutó publicando un vídeo en su cuarto de baño. Con su segunda grabación ya consiguió ser viral, enseñándonos a sacar el máximo partido a nuestras pestañasy logrando 4,8 millones de reproducciones.
2. Denuncia de agresión sexual
En octubre de 2014, Joyce publicó un vídeo en el que aseguraba haber sufrido una agresión sexual por parte de otra estrella de YouTube británica, Sam Pepper, ocho años mayor que ella. El vídeo de la acusación tiene más de 800.000 reproducciones hasta el momento y puede ser una de las razones por las que sus seguidores teman que vuelva a ser víctima de algún tipo de agresión. Aunque no hubo ninguna denuncia oficial entre ellos, Pepper ha terminado vengándose aprovechando todos los comentarios que ella ha originado estos días. Asegura en su cuenta de Twitter que Marina Joyce tiene un problema con las drogas.
3. Sospechas previas
Ya sonaban voces de alarma en redes sociales desde días antes del famosohashtag, gracias en parte al extraño comportamiento de la británica. En este mensaje recuperado en Twitter, una seguidora le pregunta a mediados de julio si está bien, a lo que ella responde con un sí, para luego contestar que no.
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